Si, bajamos en la misma estación. Subimos las escaleras y me tomaste la mano, nos besamos con pasión, anotaste tú número de teléfono en mi mano.
Te quise desde ese momento y nuestra impulsividad nos puso allí, después de varias semanas de hablar por teléfono, en sesiones de hasta 3 horas.
Quedamos de juntarnos en el metro, no llegaste. Casi te amaba, trate de olvidarte. Pasaron los años, nuestras miradas se cruzaron en un vagón del metro. Al bajar tomaste mi mano, diciéndome.-Aún te quiero, siente los latidos de mi corazón ;pero ya mi corazón no latía por ti, latía por otro.
Escrito por Sara Ruíz
Totalmente romántico.
ResponderEliminarBello
Tremenda historia y al final no la tuvo. Las mujeres no perdonan el olvido.
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